jueves, 13 de junio de 2013

Mi querido Lobo

Estoy trabajando en una nueva idea para mi próximo libro, se llamará “Mi querido Lobo”, no se trata de un Lobo común del bosque, es un Lobo muy especial, que tiene las características de producir miedo, cuando uno mira sus afilados y grandes dientes y la reacción de salir corriendo, cuando estamos frente a él, cara a cara en medio de los árboles, sin nadie a quien recurrir por ayuda. Hasta ahí, no hay gran novedad, lo novedoso me ocurre, cuando, paradójicamente, este Lobo que tanto miedo me causa, me enseña a aprender a perder el miedo. Mi Lobo es lo que me ha causado miedo, normalmente nos detiene, nos hace mantenernos en un estado de pasividad y decaimiento, nos devora por dentro, como un lobo que no come en días y que al ver una presa, se abalanza ella y la destruye, en su afán por alimentarse para sobrevivir. De acuerdo a mi mirada, esta sensación es la que, en cierta medida, puede ser una de las causas de una enfermedad física o mental, temer tanto por la propia vida, creyéndose tan amenazado por todo, que en la medida que nace y crece esta necesidad de sentirse protegido, seguro y resguardado, uno se termina autodestruyendo y finalmente muere por ello. Bueno amigos, quise compartir esta breve reflexión con ustedes, y así como yo, se animen a hacer algunos cambios importantes en sus vidas y la fuerza para resignificar los problemas, que implica encontrar el “para qué” me ha pasado esto, aceptarlo como parte necesaria para un proceso de aprendizaje y evolución. Más vale tarde que nunca, y sin duda, mi querido lobo es hoy uno de mis mejores amigos, es honesto y fiel, me he dado cuenta, que es uno de los que más me ama, porque cada vez que me descuido de mi Autocuidado y de mi misión de ser feliz, me avisa, enviándole señales a mi cuerpo físico y me hace sentir que me estoy equivocando de camino, que el miedo y los pensamientos que no me sirven están ganando otra vez una batalla, pero es solo eso, una batalla y mi querido lobo me acompañará en dar todas las siguientes. Y le agradezco, por ser un gran maestro, para aprender a vivir una vida bien vivida. Espero que esta reflexión les sirva para seguir en sus propias reflexiones, con sus propios procesos personales y sus propias victorias de las batallas de la vida, para sentirse más felices cada día. Un cariñoso abrazo

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