martes, 17 de marzo de 2009

Las enfermedades y las emociones


La enfermedad es la distancia entre lo que uno quiere y lo que es. Cuando uno acepta lo que es, cuando no resulta lo que quiere, se acerca cada vez más a estar sano y feliz.

La palabra enfermedad se relaciona con estar quieto y quien está quieto permanentemente, podríamos decir que carece de vida, porque la vida es movimiento, es acción.

El miedo, la rabia y la pena, son denominadas emociones negativas. Estas emociones si no se manejan con cautela, vividas en abundancia, pueden llevarnos a un desequilibrio de nuestra salud física y mental.

Todos tenemos momentos donde expresamos estas emociones, que si bien se denominan negativas, lo son en la medida que no sepamos canalizarlas y vivirlas en su justa medida.

Los miedos, por ejemplo, nos bloquean y limitan, nacen en nosotros desde que somos pequeños, ya en la infancia nos asustamos con cosas tan simples como la oscuridad, nos imaginamos monstruos en la noche, intangibles pero poderosos, entonces comienza nuestro miedo a lo desconocido, lo que no podemos ver. En este caso el miedo lo provoca la incertidumbre. Sin embargo, cuando los enfrentamos indagando sobre lo que es desconocido, vamos bajando el grado de ansiedad que nos provoca el miedo y vamos viviendo más desde la verdad.

Por qué hacerlo difícil si puede ser fácil, si hay incertidumbre, lo mejor es analizar el tema y aclarar lo que está en la oscuridad. Las causas de los miedos pueden descubrirse y trabajarse. La emoción del miedo descontrolado genera otras emociones negativas, como la angustia, la pena, la rabia, que van produciendo un espiral de emociones negativas.

Cuando uno siente miedo y está parado con su foco pensando en el pasado, los miedos surgen por lo vivido que no se quiere repetir o pensando en el futuro, los miedos surgen por lo que no se quiere vivir, son en este caso, los pensamientos que vienen a distraernos del presente.

La desesperanza es provocada por el miedo, en ocasiones nos desencantamos, nos desanimamos, pensando negativamente que las cosas que deseamos no pasan, nuestro cuerpo se afecta y las enfermedades surgen.

Por otro lado, la rabia también puede producir enfermedades y causar la muerte. Un ataque de rabia puede producir un ataque cardíaco, una explosión de furia descontrolada puede hacer colapsar nuestro cuerpo. La rabia es la resistencia a lo que es, la aceptación nos ayuda a calmar la rabia y a canalizarla como energía impulsora más que en descarga de agresividad.

La depresión causada por la pena, también es una muestra de nuestro desequilibrio emocional, que puede afectar en distintos grados y formas nuestro cuerpo, causando diversas enfermedades. Para disminuir la pena es bueno acudir a los buenos recuerdos y a las buenas amistades, acercarse a la naturaleza y disfrutar de su belleza, llenarse de música y hacer que el cuerpo baile y se mueva.

Para cuidar nuestro cuerpo, no basta con hacerlo sólo externamente, hay que hacerlo desde dentro, poniendo énfasis en la forma de relacionarnos con las emociones, aprendiendo a expresarlas y dirigirlas de la mejor forma posible para generar relaciones armoniosas con otros y con nosotros mismos.