lunes, 15 de diciembre de 2008

La danza de las emociones


Es muy grato para mí contarles que el día sábado 13 de diciembre se realizó la presentación de mi libro " La danza de las emociones".
Este libro contiene una Selección de 60 poemas, escritos desde 1984 al 2007, más de 20 años de emociones y poesía.
Quienes deseen adquirirlo pueden contactarme en mi correo electrónico kfredesm@gmail.com.
Espero que lo disfruten.
Gracias

Comentario del libro:

La danza de las emociones, es un libro que a través de sus variados poemas nos lleva a reflexionar sobre nuestros sentimientos y la importancia que tiene en nuestra vida la búsqueda de la felicidad.
Y tal vez, es esto último, lo que personalmente más destaco y valoro como enseñanza de este libro, su autora Karina o Aleia nos trasmite no sólo bellos poemas, que reflejan una gran sensibilidad de ella como persona, sino que adicionalmente, nos dejan una enseñanza de vida, sus poemas son la expresión y la demostración que la felicidad está en los pequeños detalles y en las cosas simples de la vida, pero que tal vez, por eso mismo, no logramos apreciarlas y trasformarlas en alegría para el alma.

Franco Demaria T.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Crecer desde el espíritu

Cuando iniciamos un viaje sin rumbo claro
hacia nuestro interior más profundo,
nos emociona descubrir mundos nuevos
y nos embarga perturbante
la incertidumbre del misterio,
es un desafío intenso,
batallas interminables conmigo misma,
reencuentros gozosos con la esencia del origen,
con la verdad más cierta
y un universo de posibilidades,
para crecer desde el espíritu,
desde nuestro potencial más valioso,
desde nuestro ser infinito,
aquel que no conoce de límites ni riesgos,
aquel que vive y disfruta
la experiencia extraordinaria de crecer
con la autenticidad más pura y el amor más honesto.

martes, 4 de noviembre de 2008

Construyendo la Alegría

La Alegría es una emoción positiva, que nos ayuda a ver la vida de un modo distinto, más esperanzador y bello, promueve una actitud positiva, nos lleva a aceptar una invitación a actuar en nuestra vida con más amor, con apertura y generosidad, a llevar una vida más ordenada y sencilla, y a valorar el don de la vida.

Darnos la oportunidad de conectarnos con la naturaleza, para alegrarnos y relajarnos es un grato ejercicio que nos hace sentir más alegres. La naturaleza es entonces como un elemento para poder sentir el sentimiento vital de la alegría, ya que si dejamos abiertos de par en par los sentidos y nos dejamos invadir por la naturaleza, como por arte de magia nos sentiremos inundados con una gran paz interior, de la belleza de esa maravillosa sinfonía de la creación en toda su grandeza. Y es que la vida en sí misma es un generador constante de alegría, es un sentimiento vital y dondequiera que aliente un soplo de vida, allí se encontrará la alegría.

La alegría se construye, podemos vivenciarla como un proceso, donde la alegría se aprende, se descubre, se busca, se encuentra, se multiplica en nosotros y en los demás.

Sembrar alegría en otros nos ayuda también a elevar el nivel de autoestima, haciendo que se sienta importante y necesario en la familia, en el grupo de trabajo, y en definitiva, que sea apreciado y tenido en cuenta por los demás.

Compartir la risa con otros es muy saludable, porque la risa es eterna, si te ríes, la risa se contagia, la risa continúa, se multiplica. Si cambias tu tristeza por la celebración, también serás capaz de transformarte.

En la vida necesitamos los momentos de luz y de oscuridad, son complemento que nos invitan al crecimiento personal, ya que de los momentos de oscuridad también podemos rescatar aprendizajes. Así como el verano y el invierno son necesarios para las personas, también en nuestros trabajos los momentos de quietud y crisis son necesarios. Invierno y verano son necesarios para nuestro crecimiento, una vez que esta idea se instaura en el corazón, cada momento de la vida es un momento de gratitud.

Nacimos para fluir y disfrutar, para reír y celebrar. Si no hay alegría, fluidez o ligereza en lo que haces o en cómo te sientes, eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que haces. A veces, simplemente, basta con cambiar la manera de hacerlo. El «cómo» siempre es más importante que el «qué».

Celebrar implica descansar, disfrutar, expresarse, acoger y agradar. Celebrar es connatural al hombre, culturas antiguas y modernas, tienen sus rituales, sus fiestas y sus celebraciones. Todos necesitamos alegrarnos juntos alguna vez y muchas veces.

Alegría se expresa mediante la Risa, la Música, la Pintura, la Escritura, el Canto, la Danza, con gestos amables y simples, que no tienen grandes costos y muchos beneficios.

Algunas buenas prácticas para mejorar nuestros niveles de satisfacción en la vida y fomentar la alegría en uno mismo y en los demás:

 No quedarse pegado en las cosas negativas.
 Decir gracias más a menudo.
 Realizar actos conscientes de amabilidad.
 Disfrutar de las cosas simples.
 Recurrir a un buen recuerdo cuando se esté triste.
 Cultivar el optimismo, por ejemplo, cada noche escoja qué fue lo mejor de su día.
 Repetir a diario frases de ánimo y bienestar.

Para construir alegría hay que desearla y practicar 3 claves básicas:

 AMAR, sintiendo y viviendo el amor incondicional
 AGRADECER, sintiendo y expresando gratitud
 DAR, viviendo y sembrando el optimismo

No se requiere necesariamente tener tantos recursos económicos para sembrar alegría. Se requieren más recursos intangibles como la creatividad, el ingenio con algo de locura, el entusiasmo, la perseverancia, la generosidad, la confianza, el optimismo y la fe.

La alegría nos mantiene saludables y prolonga nuestra vida, construyámonos para nosotros mismos y para los demás momentos de alegría, para sentir y expresar nuestra esencia en acción.

viernes, 17 de octubre de 2008

Oración de la Alegría

Gracias por el sol
que nos acompaña cada día,
gracias por las nubes
que nos traen el agua
para sembrar,
para hacer florecer la tierra.
Permítenos Señor
apreciar la vida con alegría
y dejar la ceguera
que nos impide ver lo obvio,
las bendiciones que nos regala
nuestra familia y amigos,
al compartir la alegría
de estar vivos.
Permítenos cultivar
amabilidad en nosotros
y tener una visión optimista
del futuro compartido,
sonreír y celebrar
con gratos momentos
el bienestar espiritual,emocional,
mental y físico,
que nos permita realizar
pequeñas o grandes acciones
que hagan feliz a otros.
Gracias por la oportunidad
de sentirnos alegres cada día
y disfrutar de las cosas simples
como un hermoso
regalo de amor.

Amén

martes, 7 de octubre de 2008

En busca de la felicidad

Probablemente buscar la felicidad fuera de nosotros es un error y asignarle la responsabilidad de nuestra felicidad a otros también lo sea. Frecuentemente ignoramos lo que nos hace sentir felices, porque no nos hemos dado el tiempo de conocernos, de descubrir aquello que nos provoca emociones positivas que nos motiven y le den más sentido a nuestra vida. La felicidad parte por querer serlo.

Un ejercicio muy simple, pero a la vez difícil para algunos, es poder reconectarse con sus momentos de felicidad en la vida, ir a nuestra memoria de las experiencias vividas y recordar, recordar cuando éramos niños, cuando tuvimos nuestras primeras buenas notas, nuestras primeras sensaciones de éxito, de logro, emociones positivas que nos hacían sentir bien, que nos hacían sentir que somos importantes, queridos, apreciados, valorados por otros y por nosotros mismos.

Cuando éramos niños era más fácil encontrar estos momentos de felicidad, conectarse con la alegría que nace de nuestro espíritu, con nuestra inocencia y nuestro placer, La mochila de juicios, prejuicios y expectativas estaba más liviana, éramos seres inocentes, generosos, llenos de amor, que no temíamos demostrar de mil formas lo mucho que queríamos a alguien. Lamentablemente con el paso del tiempo, nuestra mochila se va llenando de experiencias que nos marcan, que nos bloquean y juegan en nuestra contra al momento de vivenciar algo que sea un evento realmente lindo y maravilloso en nuestras vidas, que nos provocan menos satisfacción o menos sensación de felicidad que la que tendríamos si tuviéramos nuestra mente con menos “cachureos virtuales”, pensamientos que están en el “ciberespacio de la mente” que no nos aportan en nuestro crecimiento ni nuestra felicidad.

La felicidad es un concepto relativo, cada uno tiene su propia definición al describir qué es lo que siente al ser feliz.

Buscar la felicidad es verla fuera de nosotros, como algo inalcanzable, la felicidad es intangible y existe permanentemente en nosotros, sólo debemos activar la conciencia de nuestro ser para sentirla, nadie puede sentirla por nosotros, nadie puede quitarnos la felicidad, nadie puede verla ni tocarla, pero sí pueden vernos felices, viviendo la felicidad intensamente, cada vez que brillan nuestros ojos, mostrando los destellos luminosos de nuestro espíritu lleno de amor.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Tres preguntas claves

Cuando a veces nos sentimos un poco perdidos al tener que tomar algunas decisiones en nuestra vida, hay algunas formas de ayudarnos para aclarar nuestra mente y alinearnos con nuestro corazón y nuestro espíritu.

Primero es muy importante contactarse con la situación relacionada con la decisión, con lo que nos transmite, con lo que nos provoca en nuestro cuerpo, con las sensaciones que sentimos y las consecuencias físicas que nos producen. Hay que recordar que el cuerpo nos habla y que las enfermedades son la consecuencia de nuestros bloqueos, nuestras contradicciones, en general nuestros desequilibrios como seres humanos.

Luego, hay tres preguntas claves que uno podría hacerse a sí mismo, como ayuda para tomar alguna decisión:

Me contacto con mi corazón y me pregunto: ¿me agrada hacerlo?
Me contacto con mi estómago y me pregunto: ¿quiero hacerlo?
Me contacto con mi centro generador de vida y me pregunto: ¿puedo hacerlo?

Cuando las respuestas a estas tres preguntas es un sí, ojalá un SÍ rotundo, hay equilibrio interno, estaremos alineados, estaremos preparados entonces para enfrentar de mejor manera nuestra decisión.

Cuando alguna de ellas es un no, entonces es muy probable que existan desequilibrios internos. Hay algo que no encaja, que no motiva, que hace dudar. Entonces es cuando debemos darnos el espacio de tiempo para detenernos y apartar los pensamientos de nuestra mente, para poder volver a mirar nuevamente la situación con otros ojos, más limpios del ruido comunicacional que a veces llena nuestra mente.

Las buenas decisiones se toman con entusiasmo, es decir, desde el espíritu, desde nuestra divinidad interior, con el convencimiento que es lo correcto, con la confianza que es lo mejor para nosotros.

El universo se encargará de hacernos saber si la decisión fue la correcta en la medida que las cosas asociadas a nuestra decisión fluyan de modo natural y espontáneo hacia una sensación de paz interior.

martes, 12 de agosto de 2008

Algo del alma de artista

La naturaleza es poesía...
La música es poesía...
La danza es poesía...
La vida es poesía...
El arte es poesía...
La poesía está en el corazón
del que observa la vida con amor.

Aleia

lunes, 11 de agosto de 2008

Galeria de acuarelas - La danza de las emociones 2007


CATARATA


EL BESO


DESIERTO


ENCUENTRO


LUZ


MARIPOSA


PRADERA


RENACER


SEMILLA

Galeria de Acuarelas del 2007


LA CREACIÓN


BRISA


FUEGO


GIRASOLES


LEALTAD

lunes, 4 de agosto de 2008

¿Qué es un milagro?

Según el diccionario de la Real Academia española, podemos encontrar dos alternativas de definición para un milagro. La primera dice que es un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino. La segunda, dice que es un suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa.
El nacimiento de un niño, el proceso de desarrollo de su cuerpo, es algo biológicamente comprensible, pero si nos centramos en el nacimiento del ser humano, como un ser espiritual, eso es algo más extraño y complejo de explicar, por lo que, eso me parece un milagro, algo extraordinario y maravilloso. La vida que nace en la forma de un ser humano es un milagro. El milagro de la vida, en sí mismo es un hecho extraordinario, lleno de magia, en la medida que podamos ver más allá de la simple observación de un cuerpo que crece y se transforma en una persona adulta. Ese proceso en sí mismo es maravilloso.
Para quienes tienen el privilegio de tener hijos, verlos crecer, desarrollarse y tomar una identidad propia, es algo genial. Pensar en la cantidad de factores que influyen en ese crecimiento es, por una parte auspicioso y por otra aterrador. Auspicioso, porque podemos hacer algo para que ese desarrollo sea óptimo, podemos controlar algunas variables que sí dependen de nosotros, podemos desbordarnos de amor hacia nuestros hijos, podemos facilitarles el camino - poniendo a su disposición lo que necesiten para hacerlo - podemos proporcionarles muchos cuidados para protegerlos, sin embargo, se torna aterrador cuando pensamos que se tienen que relacionar con otros, con su entorno, transitar por la vida sin nosotros a su lado. Es ahí cuando el trabajo que hayamos hecho como padres tendrá su prueba de fuego, cuando nuestros hijos, por su cuenta y decisión, tomen las riendas de su vida y decidan ser las personas que son. Así como nosotros hoy somos las personas que hemos decidido ser.
La vida es un milagro, es un regalo, es una experiencia para aprender de nosotros mismos y de los demás. Nada de lo que nos pasa es totalmente desechable, siempre algo se puede rescatar.
Descubrir los milagros que están a la vista en nuestro día a día es un desafío permanente, en un camino de autoconocimiento y de conocimiento del milagro de estar vivos, de ser como somos y de trabajar con nuestra mente, nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para poder ser el mejor ser que somos.
Aprender a disfrutar de los milagros que ocurren a cada instante en nuestras vidas y que por inconsciencia no podemos ver, es una tarea pendiente para muchos seres que hoy se sienten insatisfechos.
Desear ser felices es insuficiente, sentir que lo somos es la tarea de hoy, para sentir felicidad desde nuestro interior, esa que se irradia a cada paso, cuando la luz de tu corazón se proyecta por tus ojos.

viernes, 4 de julio de 2008

Hablar en positivo

Si somos observadores de nosotros mismos, de nuestro comportamiento, de nuestra forma de hablar y actuar, nos podremos dar cuenta cómo nos estamos relacionando con el universo y cómo estamos aportando a la armonía de nuestro planeta.
La vida está hecha de relaciones y nosotros, seres humanos, estamos permanentemente relacionándonos con otros seres vivos en el planeta, nos relacionamos con la naturaleza, que está de forma incondicional a nuestro servicio, nos relacionamos con nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, etc.
Nos estamos influenciando y afectando unos a otros constantemente, pero la duda es ¿de qué forma lo hacemos? Hagamos el ejercicio y observemos por algún tiempo cómo nos movemos en esta experiencia de vida. Puede ser que nos demos cuenta que en nuestro vocabulario abunda la sílaba “NO” a modo de negación (ojalá que no tengas problemas, qué bueno que no pasó esto, ten cuidado no te vaya a pasar algo malo, etc.) y en general palabras con una connotación más negativa, como pelear, reclamos, vicios, delito, problemas, conflicto, enfermedades, etc. Estamos permanentemente expuestos a este tipo de expresiones, a modo de advertencia, a modo de prohibición, dándonos una connotación más de víctima o bien fomentando nuestra autodefensa de mala forma o de una forma inadecuada para nuestro desarrollo personal, estamos rodeados de “No” que bloquean nuestro crecimiento.
Sin embargo, la sabiduría del universo nos enseña que nuestro enfoque debe ser en forma positiva y apreciativa de la vida, tanto así, que los mensajes que son recibidos por el universo son siempre en forma positiva, donde la palabra NO de nuestras frases es omitida. Es decir, que si nosotros pedimos que NO nos pase algo, estaremos pidiendo que justamente eso nos ocurra, porque el NO le es indiferente al universo. Por lo tanto, hay que estar más atento a lo que pedimos y cambiar nuestros paradigmas a formas de pensar más positivas, para que las energías se conjuguen y pueda llegar a nosotros más agrado que desagrado.
Es un tanto complejo poder revertir nuestra forma de relacionarnos desde las expresiones negativas a las positivas, ya que por una parte hemos tenido toda una historia, una educación y una formación personal, incluso profesional basadas en estas expresiones, pero si nos damos cuenta de que continuar con esto nos hará más dificultoso el camino hacia adelante, nunca es tarde para poder hacer el intento de cambiar nuestra forma de expresarnos.
Si antes decías para dar un buen deseo: que no te pase nada malo, ahora cambia tu forma de hablar y desea lo bueno, dí: que todo vaya bien y que tengas un buen día.
Hablar en positivo es muy saludable, reeduca tu mente y haz el esfuerzo de mejorar tu relación contigo y con los demás.
Que tengas una bella vida, llena de gozo y plenitud.

viernes, 6 de junio de 2008

Amor, alegría y compasión

La vida nos sorprende a cada momento con noticias, a veces las vemos y decimos que son buenas y a veces malas, sin embargo, en pocas ocasiones nos detenemos a reflexionar sobre su real origen o significado en nuestras vidas.
La vida es dinámica y sistémica, nuestra vida se relaciona con las de otros seres humanos directa o indirectamente, consciente o inconscientemente, porque a veces no nos damos ni siquiera cuenta de cómo estamos afectando a otros. Hay un comercial, que en forma muy simple, a modo de marketing para su producto por supuesto, destaca esto claramente, si alguien se levanta en la mañana y tiene un inconveniente que le cambie el ánimo de forma negativa, traspasará su malestar a otros que le rodean y así sucesivamente la vida de otros se verá tristemente afectada. Por el contrario, si alguien recibe una buena noticia, contagiará su alegría a todo el que le rodea.
Si conscientemente tomamos la decisión de actuar con más amor, alegría y compasión en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta de inmediato del impacto de esto, sin duda, a la larga nos traerá más luces en el camino que espacios oscuros.
Uno cosecha lo que siembra, diría un agricultor, aunque en ocasiones, por factores externos a su trabajo con la tierra, las siembras puedan perderse, porque no está a nuestro alcance manejarlo todo, pero si está en nosotros caminar entregando más amor que odio, fomentando la alegría más que la tristeza y actuando con compasión hacia quienes vemos más desprotegidos o perdidos en sus oscuridades.
La oscuridad es la falta de luz y cuando hay luz podemos ver no sólo lo bueno que nos pasa, sino también lo malo. Sin embargo hay una ventaja en ello, como podemos verlo, podemos remediarlo, podemos reflexionar al respecto y podemos limpiar, pedir ayuda y cambiar la forma de ver aquello que nos causa insatisfacción.
Si hay que comenzar a dar más amor, alegría y comprensión, debiéramos comenzar por casa, por nosotros mismos, mirándonos amorosamente y descubriendo quiénes somos, qué nos pasa. Mirar con más detención y ver lo bueno que hay en nosotros, ver los momentos alegres que vivimos, valorarlos y replicarlos, tomar la iniciativa de un juego sano, que provoque risa, romper paradigmas y sembrar pensamientos positivos.
Regalando amor, alegría y comprensión, incondicionalmente, sin esperar recompensa o reconocimiento por ello, podremos elevar nuestra vibración personal y regalarle al universo más energías positivas para compartir con otros seres humanos.
Somos seres que funcionamos con hábitos, si nos proponemos aprender el hábito de sonreír, de saludar, de dar las gracias, de pedir permiso, de disculparnos, de abrazar, de expresar amor, etc. , estaremos construyendo gota a gota un planeta con más vida, con más pureza y salud, con más armonía para compartir y disfrutar.
Que el gozo sea pleno y la vida en nuestro planeta sea un milagro de amor.

viernes, 2 de mayo de 2008

Abundancia o carencia

Con el lenguaje construimos nuestra realidad, somos lo que pensamos, somos lo que sentimos, somos lo que hablamos, somos lo que hacemos. Los sentidos del ser que expresamos, pensando, sintiendo, hablando o haciendo, forman nuestra forma de vida, cómo vemos el mundo y cómo nos relacionamos con los demás, se marca la forma constructiva o destructiva que cada uno decide vivir cada día, porque cada día es distinto, a veces nos damos el impulso hacia delante y otras amanecemos con ganas de boicotearnos y decidimos que el día no será tan luminoso. Es parte de nuestra naturaleza humana.
Mientras nos contactemos más con nuestra naturaleza divina, menos confusa y compleja nos parecerá la vida.
Tenemos una capacidad de autosanación y autogeneración por descubrir, en la medida que tomemos conciencia de quienes somos y que nuestra forma de vida puede ser mejor de lo que hoy creemos.
Si a los seres humanos del siglo pasado les hubiésemos contado que hoy gran parte de la población puede comunicarse por teléfono mientras camina por la calle, nos habrían dicho que era una locura, pero no es así, somos capaces de sorprendernos de los avances de la tecnología y creemos que puede avanzar mucho más, sin embargo no somos capaces de sorprendernos con nosotros mismos, de creer en nuestro potencial como seres humanos y creer que somos capaces de mejorar nuestra vida.
Nos cuesta creer que somos abundantes y nos centramos permanentemente en nuestras carencias. A veces amanecemos preguntándonos ¿qué nos falta hoy?. O lamentándonos porque no tenemos lo que el otro compró o lo que el otro vive. Vivimos una vida comparativa y centrada en logros más materiales, donde nos cuesta apreciar lo bueno que somos, lo bueno que tenemos o lo bueno de nuestra vida, hasta que eso bueno que había ya no está a nuestro alcance.
El otro día en el supermercado me tocó observar algo que me estremeció, una situación, tal vez trivial para algunos, pero que me acercó más a lo divino, aprendí de una viejita a apreciar mis recursos, tomé conciencia de algunas cosas que tenía un poco olvidada, en ese momento ella fue mi Maestra. Mientras compraba cecinas, se acercó una viejita con una pequeña chauchera y preguntó cuánto salía una torrejita de mortadela lisa, la niña le dijo que como $ 20 pesos, entonces ella mirando las moneditas que tenía, la pensó un rato, como dudosa de comprar una o más, tocaba las monedas como si fueran casi las últimas que le quedaban, frente a la presión de la vendedora, finalmente le dijo: entonces deme 2 torrejitas. La situación me hizo reflexionar. ¿Cuánto significan 2 torrejitas de mortadela lisa en tu vida? ¿En qué dimensión tienes tus recursos? ¿Cuán afortunada eres de tener los recursos para comprar 2 torrejitas de mortadela?
Si uno tomara un enfoque poniendo énfasis en los recursos que tiene, lo que soy para dar, lo que tengo para trabajar, lo que recibo para vivir en familia y en comunidad, cambiaríamos nuestros paradigmas, dejaríamos tal vez de hablar y de sentir desde nuestra sensación de carencias, que generan un permanente estado de insatisfacción.
Valorar los recursos personales y laborales, todos los que nos entrega la vida, a través de nuestras familias, de las empresas en las que trabajamos o tan sólo de nuestra existencia, reconocer las virtudes y los beneficios recibidos es una tarea pendiente para muchos seres humanos. Es una tarea diaria y permanente ligada al agradecer y al creer que hay cosas en la vida que a veces nos parecen inalcanzables y que sí es posible lograr, otra tarea pendiente entonces es trabajar nuestra Fe, creer que somos merecedores de cosas hermosas, de momentos hermosos, de ser seres humanos hermosos y valiosos.
La pregunta para la reflexión personal sería ¿cuál es mi enfoque hoy? ¿carencia o abundancia?

jueves, 3 de abril de 2008

Rescatando la sensibilidad femenina y humana

Al mirar a mi alrededor, siento una gran necesidad de rescatar la sensibilidad humana y en especial la femenina. Siento que nos hemos centrado como sociedad en hacer que se minimicen las diferencias de género, dándole más valor a las características del género masculino en lo relativo a la contención o ausencia de emociones como algo positivo, poniendo énfasis en la objetividad, la consistencia lógica, el pensamiento matemático y abstracto, fomentando un trato más distante, podríamos decir que hemos estado más tendientes a darle a nuestra vida un enfoque más orientado a los resultados.
Las características del género masculino sin duda son necesarias y pueden estar presentes también en las mujeres, incluso formar parte de un potencial de crecimiento para las personas. Pero estas características puestas en grados muy altos en nuestras vidas tienden a generar relaciones que se tornan más rígidas e incluso agresivas.
Por otra parte, también podemos observar características del género femenino en hombres. En ninguno de los casos mencionados, el demostrar características de género del sexo contrario, implica perder la masculinidad ni la femineidad en cada ser humano, dado que en nuestro ser interior, hay un maravilloso equilibrio que nos permite expresarnos de acuerdo a lo que sentimos, tenemos esa cualidad, podemos ser, por ejemplo, madres rigurosas en la educación de nuestros hijos o podemos ser padres cariñosos, ni lo uno ni lo otro nos hace menos mujeres o menos hombres, sino todo lo contrario, nos hace más humanos y seres perfectos, desde el espíritu.
Siento que el poder rescatar la sensibilidad en cada uno de los sexos es más una ventaja que una desventaja. Nos hace sentir más integrados, más completos.
Podemos rescatar también el aporte femenino a la belleza de la vida, podemos rescatar las virtudes femeninas que nos ayudan a equilibrarnos mejor internamente. Las características del género femenino son necesarias hoy más que nunca, al momento de ver el crecimiento de las enfermedades provocadas por el estrés, por la falta de expresiones de cariño, por la necesidad de recibir y dar cariño, es una obligación llamar la atención para detenerse y preguntarnos cómo nos sentimos, cómo estamos viviendo nuestra vida, ¿nos sentimos felices?, ¿caminamos por la vida con alegría?.
Hoy, muchos seres humanos estamos en una lucha interna donde las presiones sociales nos llevan al camino de buscar los resultados a cualquier costo y por otro lado están las fuerzas internas que nos empujan a ser y sentir con naturalidad, a buscar el equilibrio personal. Estamos en un jaque mate que nos llena de preguntas sin respuestas.
Todos tenemos una sensibilidad humana que es una verdad oculta en nosotros, todos somos sensibles en el fondo, sólo que nos limitamos a expresar esa sensibilidad por diversas razones.
No permitamos que se dé una masculinización de la sociedad, seamos más equilibrados, seamos más complementarios, hay espacio para que todos podamos expresarnos libremente y con respeto a los demás.
No dejemos que sólo la valoración del resultado sea lo relevante, la forma es clave para no desgastarnos y poder conectarnos con nuestro espíritu.
Seamos más generosos con nuestra alma y dejemos que se exprese desde el amor, siendo todo lo que es, desde su masculinidad o femineidad.


Karina Angélica Fredes Muñoz

lunes, 10 de marzo de 2008

Mi encuentro conmigo

Este mes de marzo cumplo 40 años de vida, ha sido una vida de búsqueda interior, para encontrar respuestas a tantas interrogantes, ha sido un camino de desafíos para entenderme, para conocerme, recorriendo el camino complejo y a veces duro de enfrentarse a sí mismo, para descubrir muchas cosas que a veces uno no ve, para reconocer mis miedos y mis cojeras.
En los últimos años he trabajado por superarme a mí misma, en perdonarme por aquello que me parece un desacierto, que a la larga he entendido que ha sido necesario para mi proceso de crecimiento y desarrollo.
La vida es muy luminosa cuando uno abre los ojos para verla, está llena de posibilidades, hay que darse nuevas oportunidades y cambiar paradigmas.
Por muchos años no me sentí satisfecha con la vida. La mochila que llevamos, se va llenando de experiencias desde niños y nos va pesando cada día más. Normalmente no nos detenemos a revisarla y botar lo que no nos sirve: pensamientos negativos, masoquistas, destructivos, que son gratuitamente generados por nosotros mismos. Muchas veces, le sacamos brillo y los acariciamos como tesoros, engañándonos y manteniendo la misma conducta, las mismas emociones que se nos quedan pegadas, seguimos llorando y lamentándonos, nos volvemos adictos a la tristeza y nos olvidamos de sentirnos alegres y felices.
A veces la vida parece ser un camino lleno de nudos por deshacer, para lo cual se requiere de la gran paciencia, donde apelamos a nuestra sabiduría y escarbamos en el baúl de los recuerdos, entre la ropa vieja, para encontrar lo que nos sirva para poder resolver nuestras inquietudes y sobrepasar los obstáculos que vamos encontrando, siempre habrá obstáculos en el camino, que normalmente suelen ser oportunidades, todo depende de nuestra forma de verlos.
Nos damos cuenta al pasar los años, que en general, para el viaje de la vida, lo que necesitamos llevar con nosotros no es mucho, que todo lo que necesitamos, más bien está dentro de nosotros: la tolerancia, la flexibilidad, el ingenio, la creatividad y por supuesto el amor, son algunos ingredientes que se transforman en esenciales acompañantes.
Cada día que pasa nos aclaramos más y empezamos a definir con mayor exactitud lo que queremos y lo que no, tomamos conciencia de nuestras decisiones y sus consecuencias, las aceptamos y trabajamos mejor en lo que viene, con más sabiduría, con el conocimiento adquirido y la experiencia vivida.
Tomamos conciencia que el cuerpo, la mente y el alma son uno solo, es una totalidad que nos hace seres humanos.
Tomamos conciencia sobre el sentido de nuestra vida y nos damos finalmente cuenta, con toda certeza, que no importa en qué lugar del mundo estemos o quién nos acompañe en nuestro camino por la vida, si estamos conscientes de nuestra existencia, nos sentiremos más plenos y felices, siempre nos sentiremos en casa.

Karina Angélica Fredes Muñoz

jueves, 7 de febrero de 2008

¿La vida te pasa?

La vida te pasa o tú llevas las riendas de tu vida, es una interesante pregunta para hacerle a nuestro ser interior. Muchas veces nos entristecemos y pasamos días con una gran pena en el corazón, abofeteándonos, quejándonos, golpeando paredes, dando patadas y lanzando cuanta mugre hay a nuestro alrededor sobre nosotros mismos y sobre los que nos rodean, reprochándole a la vida lo muy desdichada que es.
A veces nos sentimos responsables de las desgracias de otros y solidarizamos en los sentimientos de pesar de los demás, pero no de una forma honesta y desde fuera, sino más bien de una forma enfermiza, donde nos hacemos parte de los dolientes, sin tener arte ni parte en la situación. Es que a veces construimos una solidaridad con las emociones de otros que está mal, ya que nos hacemos parte de un problema, de una preocupación, de un dolor que no es nuestro. Eso no significa que nos limitemos a dar apoyo a otros o que demostremos nuestro pesar por el dolor de otros, lo que quiero decir es que debemos hacernos cargo de nuestros reales problemas y preocupaciones, y no de los de los demás. Cabe entonces también hacerse las siguientes preguntas: ¿vives tu vida o la vida de otros?, ¿hasta qué punto la vida de otros interfiere en la tuya, en tus decisiones, en tus sentimientos, en tus emociones y en tu forma de vivir la vida? ¿hasta qué punto los problemas de otros se transforman en tus problemas? ¿hasta qué punto quieres resolverle la vida a los demás? ¿hasta qué punto dejas que los demás impidan tu crecimiento personal? ¿hasta qué punto dejas que los demás tomen decisiones por ti? ¿cuáles son los miedos que te limitan a salir de la inercia de dejar que la vida te pase?
Piensa en la forma en que te expresas y obsérvate cómo hablas, cuántas veces dices “me pasó tal cosa”.
Deja de pensar en lo que te pasa y dedica más tiempo a pensar en lo que quieres para que eso pase. Cambia la frase por otra más proactiva como “hice tal cosa para lograr tal otra”, sé más amable contigo mismo, sé más positivo y creativo para generar la energía suficiente para que tu vida se llene de cosas buenas.
Recuerda que somos co-constructores de la vida. Sé responsable de tus actos y omisiones. Deja de entregar la responsabilidad de tu vida a otros y trabaja con la mente, el corazón y el espíritu en nuevos momentos, con fe y voluntad, deja de hacer que la vida te pase y sube al carro de la victoria, tomando las riendas de tu vida y dirigiendo a los caballos por el camino que más te agrade.


Karina Angélica Fredes Muñoz

jueves, 10 de enero de 2008

Desde otro continente

Desde otro punto de la Tierra
mis ojos han visto otras luces
otros colores y otras formas
que danzan a distintos ritmos
como reflejo de las lenguas,
son los idiomas que se mezclan y confunden
entre las pieles que se funden y contrastan
como complemento
a las melodìas de las voces
que al caminar perciben mis oidos,
como la orquesta de la universalidad
en su màxima plenitud.
Son los colores, los aromas
y los sabores de la vida
que se expresan en las mùltiples culturas,
que celebran en alegre fiesta
la riqueza de la diversidad humana.

10 de Enero del 2008, desde Strasburgo en Francia