El espíritu y la mente están conectados, por hilos invisibles de energía creadora. Hablar desde el corazón, desde la esencia que hay dentro de cada uno, desde el espíritu que alberga la divinidad, la fuerza interna, genera un camino luminoso hacia la mente que es ego, que está volcada hacia el exterior, hacia una mirada que considera más lo que te rodea que lo que contiene el alma, que se construye con las experiencias de aprendizajes integrados de nuestra vivencia humana.
Cada día se hace más necesario hablar desde el espíritu hacia la mente para generar cambios internos y externos, se hace necesario hablar hacia la mente para cambiar patrones de pensamiento y atraer vivencias nuevas, oportunidades y posibilidades distintas a las ya conocidas, con resultados que a veces sobrepasan nuestras expectativas.
