jueves, 3 de abril de 2008

Rescatando la sensibilidad femenina y humana

Al mirar a mi alrededor, siento una gran necesidad de rescatar la sensibilidad humana y en especial la femenina. Siento que nos hemos centrado como sociedad en hacer que se minimicen las diferencias de género, dándole más valor a las características del género masculino en lo relativo a la contención o ausencia de emociones como algo positivo, poniendo énfasis en la objetividad, la consistencia lógica, el pensamiento matemático y abstracto, fomentando un trato más distante, podríamos decir que hemos estado más tendientes a darle a nuestra vida un enfoque más orientado a los resultados.
Las características del género masculino sin duda son necesarias y pueden estar presentes también en las mujeres, incluso formar parte de un potencial de crecimiento para las personas. Pero estas características puestas en grados muy altos en nuestras vidas tienden a generar relaciones que se tornan más rígidas e incluso agresivas.
Por otra parte, también podemos observar características del género femenino en hombres. En ninguno de los casos mencionados, el demostrar características de género del sexo contrario, implica perder la masculinidad ni la femineidad en cada ser humano, dado que en nuestro ser interior, hay un maravilloso equilibrio que nos permite expresarnos de acuerdo a lo que sentimos, tenemos esa cualidad, podemos ser, por ejemplo, madres rigurosas en la educación de nuestros hijos o podemos ser padres cariñosos, ni lo uno ni lo otro nos hace menos mujeres o menos hombres, sino todo lo contrario, nos hace más humanos y seres perfectos, desde el espíritu.
Siento que el poder rescatar la sensibilidad en cada uno de los sexos es más una ventaja que una desventaja. Nos hace sentir más integrados, más completos.
Podemos rescatar también el aporte femenino a la belleza de la vida, podemos rescatar las virtudes femeninas que nos ayudan a equilibrarnos mejor internamente. Las características del género femenino son necesarias hoy más que nunca, al momento de ver el crecimiento de las enfermedades provocadas por el estrés, por la falta de expresiones de cariño, por la necesidad de recibir y dar cariño, es una obligación llamar la atención para detenerse y preguntarnos cómo nos sentimos, cómo estamos viviendo nuestra vida, ¿nos sentimos felices?, ¿caminamos por la vida con alegría?.
Hoy, muchos seres humanos estamos en una lucha interna donde las presiones sociales nos llevan al camino de buscar los resultados a cualquier costo y por otro lado están las fuerzas internas que nos empujan a ser y sentir con naturalidad, a buscar el equilibrio personal. Estamos en un jaque mate que nos llena de preguntas sin respuestas.
Todos tenemos una sensibilidad humana que es una verdad oculta en nosotros, todos somos sensibles en el fondo, sólo que nos limitamos a expresar esa sensibilidad por diversas razones.
No permitamos que se dé una masculinización de la sociedad, seamos más equilibrados, seamos más complementarios, hay espacio para que todos podamos expresarnos libremente y con respeto a los demás.
No dejemos que sólo la valoración del resultado sea lo relevante, la forma es clave para no desgastarnos y poder conectarnos con nuestro espíritu.
Seamos más generosos con nuestra alma y dejemos que se exprese desde el amor, siendo todo lo que es, desde su masculinidad o femineidad.


Karina Angélica Fredes Muñoz