Soy una persona sana
de cuerpo, mente y espíritu,
soy digna de bendiciones,
me perdono por mis errores del pasado
y me amo incondicionalmente.
Todo está bien, todo estará bien,
estoy en paz, estoy en amor,
agradezco lo que soy y lo que seré,
agradezco las bendiciones que recibiré
para mi bien y el de toda la humanidad.
Amén
lunes, 27 de agosto de 2007
Oración antes de dormir
Amado Dios, gracias
por todas las bendiciones de mi vida.
Te pido que esta noche
me bendigas y protejas,
que bendigas a todos mis seres queridos,
que bendigas a todos los habitantes de este planeta
y bendigas nuestra tierra,
para que se mantenga sana y generosa
para nuestra existencia plena.
Amado Dios, haz que lo que necesito
venga a mí en abundancia,
para mi bien y mi paz,
para mi felicidad
y de toda la humanidad.
Amén
Te pido que esta noche
me bendigas y protejas,
que bendigas a todos mis seres queridos,
que bendigas a todos los habitantes de este planeta
y bendigas nuestra tierra,
para que se mantenga sana y generosa
para nuestra existencia plena.
Amado Dios, haz que lo que necesito
venga a mí en abundancia,
para mi bien y mi paz,
para mi felicidad
y de toda la humanidad.
Amén
miércoles, 1 de agosto de 2007
Oración de agradecimiento para iniciar el día
Gracias al Altísimo Dios del Universo
por este hermoso día que he de vivir,
gracias por todas las bendiciones que le ha dado a mi vida
y por las muchas otras que han de venir,
gracias por el cariño de mis seres queridos,
gracias por mantener mi cuerpo sano,
gracias por mantener mi mente con claridad de pensamiento,
gracias por mantener mi espíritu alegre,
gracias por mantener mi corazón en paz, armonía y plenitud.
Gracias por mi maravillosa vida.
Gracias por el inmenso Amor Incondicional
que me regalas cada día.
Amén
Los pensamientos crean la vida
Este año 2007 nuestra empresa está desarrollando una campaña interna para fomentar los pensamientos positivos, la que hemos denominado "Los pensamientos crean la vida". Su fundamento está en que aquello que vivimos está directamente relacionado con lo que pensamos, algo así como una profecía autocumplida, si tenemos pensamientos negativos sobre algo, así será y si por el contrario, deseamos algo, con toda la fuerza interna de nuestro corazón, nos centramos en pensar positivamente con convicción, fe y un profundo sentimiento de verdad y agradecimiento por lo bueno que ha de venir, las probabilidades de que así sea son mayores.
Los pensamientos emiten vibraciones en nuestro organismo que se programa para reaccionar frente a ellos, como un círculo vicioso o virtuoso, dependiendo si los pensamientos son negativos o positivos respectivamente. Estaremos atrayendo hacia nosotros más pensamientos de este tipo y en consecuencia más eventos negativos o positivos en nuestra vida. Es por esto la real importancia de programarnos día a día con pensamientos positivos, que nos levanten el ánimo, nos predispongan a estar bien, a sentirnos en calma, con buena salud y dejar fuera el pesimismo, las agresiones y todos los deseos que no sean un aporte positivo a nuestra vida y a la de quienes nos rodean.
Levantarse en la mañana y agradecer por el día buen día que vamos a vivir, es una práctica simple y muy positiva para predisponernos a vivir un grato día.
Tomar esta actitud más alegre frente a la vida, agradeciendo cada día lo hermoso que es estar vivo, apreciando la gran cantidad de oportunidades de sentirnos felices y valorando lo que somos y lo que tenemos, es una práctica muy saludable que nos puede llevar a sentir mayores momentos de felicidad y tener una vida más grata y saludable.
Sin duda todos tenemos aspectos positivos, características personales y logros en nuestra vida que agradecer, recordar por qué estamos agradecidos nos hace sentir que en realidad somos ricos y exitosos, porque el camino avanzado siempre nos deja cosas buenas, experiencias, afectos, logros personales y materiales, que a veces no valoramos lo suficiente o simplemente no nos damos cuenta que están allí. Este descubrimiento de nuestro ser, nuestras virtudes y nuestro potencial interno, es un trabajo personal que refuerza el espíritu y que como consecuencia de él, sólo podríamos contar con bienestar para nosotros mismos y nuestra hermosa humanidad.
Que tengan un lindo día y sonrían, seguro atraerán una sonrisa en respuesta.
Karina Angélica Fredes Muñoz - Jefe de Recursos Humanos - Virginia S.A.
Publicado en http://www.asiva.cl/ - Tribuna del socio - mayo 2007
Los pensamientos emiten vibraciones en nuestro organismo que se programa para reaccionar frente a ellos, como un círculo vicioso o virtuoso, dependiendo si los pensamientos son negativos o positivos respectivamente. Estaremos atrayendo hacia nosotros más pensamientos de este tipo y en consecuencia más eventos negativos o positivos en nuestra vida. Es por esto la real importancia de programarnos día a día con pensamientos positivos, que nos levanten el ánimo, nos predispongan a estar bien, a sentirnos en calma, con buena salud y dejar fuera el pesimismo, las agresiones y todos los deseos que no sean un aporte positivo a nuestra vida y a la de quienes nos rodean.
Levantarse en la mañana y agradecer por el día buen día que vamos a vivir, es una práctica simple y muy positiva para predisponernos a vivir un grato día.
Tomar esta actitud más alegre frente a la vida, agradeciendo cada día lo hermoso que es estar vivo, apreciando la gran cantidad de oportunidades de sentirnos felices y valorando lo que somos y lo que tenemos, es una práctica muy saludable que nos puede llevar a sentir mayores momentos de felicidad y tener una vida más grata y saludable.
Sin duda todos tenemos aspectos positivos, características personales y logros en nuestra vida que agradecer, recordar por qué estamos agradecidos nos hace sentir que en realidad somos ricos y exitosos, porque el camino avanzado siempre nos deja cosas buenas, experiencias, afectos, logros personales y materiales, que a veces no valoramos lo suficiente o simplemente no nos damos cuenta que están allí. Este descubrimiento de nuestro ser, nuestras virtudes y nuestro potencial interno, es un trabajo personal que refuerza el espíritu y que como consecuencia de él, sólo podríamos contar con bienestar para nosotros mismos y nuestra hermosa humanidad.
Que tengan un lindo día y sonrían, seguro atraerán una sonrisa en respuesta.
Karina Angélica Fredes Muñoz - Jefe de Recursos Humanos - Virginia S.A.
Publicado en http://www.asiva.cl/ - Tribuna del socio - mayo 2007
Mujeres
Este es un video muy interesante que me agrada por su originalidad.
Me entrega el mensaje de la característica multifacética de las mujeres.
Habilidades Perdidas
No es extraño encontrar en diagnósticos de capacitación temáticas como: trabajo en equipo, liderazgo y habilidades sociales, son habilidades blandas que se tornan una debilidad para la organización. Es común encontrar personas con temor a hablar frente a otros y expresar sus propias ideas, con falta de capacidad para escuchar, de aceptación a la crítica y realización de una autocrítica constructiva.
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar las tradicionales formas de hacer las cosas? Tengo una hipótesis: existe un impacto negativo de la autoestima de las personas en las organizaciones (por falta o exceso de ella).
La vida es un proceso de aprendizaje continuo, es bueno aprender a quedarnos con lo que sirve, pero a veces desechamos gran parte de nuestra sensibilidad, romanticismo y humanidad en la forma de relacionarnos.
Hemos desarrollado una visión más individual que colectiva, perdiendo el norte común de crecimiento.
Creo en la autogeneración del ser humano, en poner pasión y sentido en lo que se hace, en los objetivos de la organización, en elegir y ser capaz de asumir las consecuencias para tener más probabilidad de ser trabajadores satisfechos consigo mismos y con su desempeño.
Las empresas necesitan personas capaces de cuestionarse, de reciclarse y aportar al real crecimiento de la organización, creando valor a través de su trabajo.
Sugiero preguntarnos: qué veo en mi espejo?
EL MERCURIO DE VALPARAÍSO - JULIO 2005
18 de junio de 2007 14:37
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar las tradicionales formas de hacer las cosas? Tengo una hipótesis: existe un impacto negativo de la autoestima de las personas en las organizaciones (por falta o exceso de ella).
La vida es un proceso de aprendizaje continuo, es bueno aprender a quedarnos con lo que sirve, pero a veces desechamos gran parte de nuestra sensibilidad, romanticismo y humanidad en la forma de relacionarnos.
Hemos desarrollado una visión más individual que colectiva, perdiendo el norte común de crecimiento.
Creo en la autogeneración del ser humano, en poner pasión y sentido en lo que se hace, en los objetivos de la organización, en elegir y ser capaz de asumir las consecuencias para tener más probabilidad de ser trabajadores satisfechos consigo mismos y con su desempeño.
Las empresas necesitan personas capaces de cuestionarse, de reciclarse y aportar al real crecimiento de la organización, creando valor a través de su trabajo.
Sugiero preguntarnos: qué veo en mi espejo?
EL MERCURIO DE VALPARAÍSO - JULIO 2005
18 de junio de 2007 14:37
El ser humano en las organizaciones
“Somos seres humanos complejos, únicos e irrepetibles, un diamante en bruto con mucho que descubrir de nosotros mismos, no importa la edad ni el sexo, no importa quiénes somos ni qué hayamos hecho en nuestra vida, siempre habrá algo que aprender y mejorar, en especial al detenernos, caminar hacia nuestro interior y empezar a descubrir quiénes somos en realidad, encontrar nuestra esencia más pura y sublime, lo inexplicable y hermoso, lo simple e invaluable que está dentro de nosotros.”
Los seres humanos somos seres muy especiales, funcionamos mezclando distintas señales que el entorno nos envía y que nosotros recibidos de la manera que decidimos hacerlo, o tal vez sólo de la manera que podemos hacerlo. Nuestra lectura puede ser diversa frente a un mismo hecho, he ahí la importancia de la retroalimentación, de la confirmación del mensaje recibido por el otro, para poder agregar un mayor grado de claridad y efectividad en la recepción del mensaje enviado, tanto en su contenido como en su intencionalidad.
En mi experiencia laboral he podido constatar en reiteradas ocasiones que los mayores conflictos son producidos por “malos entendidos”, por no darse el tiempo de conversar, escuchar con atención lo que el otro nos quiere decir, con la amplitud de sus señales, pues sus ojos su postura, su tono de voz, etcétera, complementarán las palabras de manera clave.
Tomando algunas ideas de diversos estudiosos de la mente humana, más algunos aportes personales, podría aventurar que existen algunos pilares que favorecen las relaciones entre las personas y obviamente también con un gran impacto en las organizaciones, uno de ellos, tal vez el más importante es la comunicación, otros el desarrollo personal, la contención en momentos de crisis, la expresión concreta de los afectos y el respeto por la diversidad. Tal vez podríamos mencionar muchos otros, pero éstos me parecen algunos de los más relevantes, que por supuesto, podrían ser sujeto de discusión, pues desde mi perspectiva, no existe una verdad absoluta y la realidad es relativa, dependiendo del ojo que la mire, ese ojo con una gran mochila de experiencia, conocimiento y sabiduría adquirida en su camino recorrido.
Les contaré muy brevemente de estos pilares, no desde un punto de vista muy teórico, sino más bien experiencial.
La comunicación: cuando hablamos de ella no podemos dejar de mencionar la importancia del respeto, de nuestra forma de relacionarnos verbal y no verbalmente, de todas las señales que nuestros silencios pueden significar para otros, de lecturas erróneas por llenar el mensaje de prejuicios, supuestos e hipótesis que sólo nuestra mente conoce, pues bien, he aprendido a ir a la fuente, a preguntar si no me queda claro más de una vez y a decir lo que he entendido para corroborar si estoy en lo correcto.
El desarrollo personal: cada ser humano necesita validarse, necesita sentir una cuota de éxito, pero en su medida, bajo sus propios parámetros, pues no necesariamente serán los de otros, en el ámbito laboral, ser exitoso para uno puede ser llegar a una gerencia en una gran empresa transnacional y para otro puede ser sentirse en paz con un trabajo relativamente estable.
La contención en momentos de crisis: siempre hay probabilidad de que algo ocurra que afecte a uno de nuestros trabajadores, la muerte de un familiar cercano, una crisis de pareja, diferencias “irreconciliables” entre compañeros de trabajo, problemas de salud, económicos. etc. y hay que aprender a entender que eso es parte de la vida y que hay que apoyar al otro en ese momento, pues por muy hábil y eficiente que pueda ser, hay crisis que no pasan con la rapidez que uno quisiera. Ser empáticos, acoger y comprender son habilidades que en este ámbito hay que aprender a trabajar. Es relevante incorporar este tipo de aprendizajes a nuestra mochila de conocimientos.
La expresión concreta de los afectos: una muy básica es saludar en las mañanas al llegar a la oficina, pero a muchos se les olvida, porque parece tan obvia que por lo mismo desaparece en el tiempo. Un feliz cumpleaños, feliz fin de semana, cariños en tu casa, me alegro que estés bien, felicidades por el premio que recibiste, un sin fin de congratulaciones que son necesarias, palabras agradables, abrazos, palmadas en la espalda, apretones de mano a veces se extrañan y nuestra vida moderna, entre correos electrónicos nos alejan cada vez más de ese contacto físico que transmite la tibieza en una relación. Las personas necesitamos cierto grado de atención y reconocimiento, que sea evidente y concreto, porque aún llevamos dentro a un niño deseoso de ser acariciado, con palabras y/o con hechos.
El respeto por la diversidad: no podemos esperar que los demás piensen igual que yo, que coincidan con nuestras ideas y valores, porque sus experiencias son distintas, sus influencias han sido diferentes a las nuestras, nuestro organismo, físico, mental, emocional y espiritual son maravillosamente diversos. Podemos convivir sin estar de acuerdo, respetando nuestra libertad hasta el límite de la libertad del otro.
No es extraño encontrar en diagnósticos de capacitación, que las temáticas de más frecuente requerimiento son: trabajo en equipo, liderazgo, habilidades sociales, etc. esto responde a que nuestras mayores debilidades en las organizaciones las estamos encontrando en el desarrollo de las habilidades blandas, es más normal encontrar personas con temor a hablar frente a otros y expresar sus propias ideas, públicos silenciosos y pasivos, en una sala de clases, en exposiciones u otros eventos donde sería bueno una participación más activa.
Al implementar proyectos que impliquen cambios es lógico encontrar una resistencia natural al cambio, pero esto se hace más complejo cuando a ello se suma falta de aceptación a la crítica y la realización de una autocrítica constructiva, hacer algo que conlleve a cambiar las tradicionales formas de hacer las cosas, ¿por qué nos cuesta tanto? Tengo una hipótesis que aún no compruebo, sobre el impacto negativo de la autoestima de las personas en las organizaciones. Me he encontrado en varias ocasiones con personas que tienen una gran carencia en el desarrollo de su autoestima, no creen en sí mismos y por ende en su capacidad de reinventarse, de mejorar y crecer con estos nuevos conocimientos, tienen temor a quedar obsoletos y a enfrentar desafíos, riesgos y a comprobar que sí son capaces de hacer las cosas de una manera distinta en pro de nuestro propio beneficio.
Nos guste o no, la vida es dinámica, hay un aprendizaje continuo y debemos desarrollar la sabiduría de aprender a quedarse con lo que sirve, lo que no sirve hay que aprender a desecharlo, porque no es útil para nuestro desarrollo personal, ni para el desarrollo de nuestro capital humano ” que se adquiere por medio de la educación formal y la formación de carácter informal, así como por medio de la experiencia en el trabajo” (Stanley Fischer 1994:322) y que es el capital humano puesto a prueba en nuestras organizaciones.
Pero no debemos equivocarnos en nuestra selección de desechar cosas, porque también nos equivocamos y siento que hemos perdido gran parte de nuestra sensibilidad, aquella que se aplica a la forma de relacionarnos, agregar algo de romanticismo, de humanidad en la forma de comunicarnos, a veces siento que hemos perdido el amor a vivir nuestra vida, aquella que nosotros hemos construido para vivir hoy.
Siento que hemos desarrollado una gran visión y objetivos individuales y hemos perdido la visión colectiva, la visión del equipo, del caminar juntos hacia objetivos comunes, hemos perdido un poco el norte común de crecimiento, ese ganar ganar que se requiere para sentir un verdadero avance.
Siento que hemos privilegiado en ocasiones un inútil egoísmo conceptual y en ocasiones he visto postergada aquella entrega desinteresada de conocimientos entre compañeros de trabajo, por múltiples razones. ¿Por temor a entregar información y tal vez dejar de ser competitivo?¿ Temor a que los demás avancen más que yo?
Pero tengo esperanzas, porque creo en la autogeneración del ser humano, creo que aquello que ponen pasión en lo que hacen, que le encuentran sentido y hacen suyos los objetivos de la organización, que tienen consciencia de su capacidad de elegir el camino a seguir y son capaces de asumir la responsabilidad y las consecuencias de sus decisiones, que creen en sí mismos y se ponen a prueba, con el riesgo de caerse, porque eso también es parte de nuestra necesidad de aprendizaje, tendrán más probabilidad de ser trabajadores realmente realizados y felices, más creativos y prósperos, más satisfechos consigo mismos y con su desempeño.
Las empresas necesitan más de este tipo de personas, capaces de cuestionarse, de reciclarse y aportar al real crecimiento de la organización, creando valor a través de su trabajo.
Si nos preguntamos ¿por qué son importantes las personas en el éxito de los proyectos y de las empresas? podríamos decir que el ser humano en su complejidad y virtuosidad inevitablemente interactúa en forma dinámica con el medio, con su micro y macro entorno, por lo tanto, esta interacción necesariamente generará un efecto en la organización. El ser humano está inserto en dos mundos, el personal y el laboral, y además está expuesto a las múltiples influencias en su vida día a día, gracias a la gran variedad de desafíos a los que se enfrenta. Sus cambios impactan positiva o negativamente en beneficio o perjuicio de la organización a la que pertenece, no es posible evadir esta influencia permanente y recíproca. Por eso, considero que por una parte es tarea de las personas tener un desarrollo personal que les permita ser competitivos y estar más contentos con sus trabajos, pero por otra es tarea de las organizaciones fomentar ambientes de trabajo gratos, que inviten al trabajador a invertir honestamente su recurso: físico, emocional, espiritual, mental y/o intelectual, en una organización de la cual se sienten orgullosos de pertenecer.
No son tareas fáciles, pero hay que animarse a iniciar el camino, pues el camino es el proceso que más vale la pena experimentar.
Que tengan un lindo día.
“Si tu intención en la vida es dejar una huella positiva en la vida de otros, parte mirando el espejo y aprende a vivir feliz.” Aleia
EL MERCURIO DE VALPARAÍSO - NOVIEMBRE 2005.
18 de junio de 2007 14:35
Los seres humanos somos seres muy especiales, funcionamos mezclando distintas señales que el entorno nos envía y que nosotros recibidos de la manera que decidimos hacerlo, o tal vez sólo de la manera que podemos hacerlo. Nuestra lectura puede ser diversa frente a un mismo hecho, he ahí la importancia de la retroalimentación, de la confirmación del mensaje recibido por el otro, para poder agregar un mayor grado de claridad y efectividad en la recepción del mensaje enviado, tanto en su contenido como en su intencionalidad.
En mi experiencia laboral he podido constatar en reiteradas ocasiones que los mayores conflictos son producidos por “malos entendidos”, por no darse el tiempo de conversar, escuchar con atención lo que el otro nos quiere decir, con la amplitud de sus señales, pues sus ojos su postura, su tono de voz, etcétera, complementarán las palabras de manera clave.
Tomando algunas ideas de diversos estudiosos de la mente humana, más algunos aportes personales, podría aventurar que existen algunos pilares que favorecen las relaciones entre las personas y obviamente también con un gran impacto en las organizaciones, uno de ellos, tal vez el más importante es la comunicación, otros el desarrollo personal, la contención en momentos de crisis, la expresión concreta de los afectos y el respeto por la diversidad. Tal vez podríamos mencionar muchos otros, pero éstos me parecen algunos de los más relevantes, que por supuesto, podrían ser sujeto de discusión, pues desde mi perspectiva, no existe una verdad absoluta y la realidad es relativa, dependiendo del ojo que la mire, ese ojo con una gran mochila de experiencia, conocimiento y sabiduría adquirida en su camino recorrido.
Les contaré muy brevemente de estos pilares, no desde un punto de vista muy teórico, sino más bien experiencial.
La comunicación: cuando hablamos de ella no podemos dejar de mencionar la importancia del respeto, de nuestra forma de relacionarnos verbal y no verbalmente, de todas las señales que nuestros silencios pueden significar para otros, de lecturas erróneas por llenar el mensaje de prejuicios, supuestos e hipótesis que sólo nuestra mente conoce, pues bien, he aprendido a ir a la fuente, a preguntar si no me queda claro más de una vez y a decir lo que he entendido para corroborar si estoy en lo correcto.
El desarrollo personal: cada ser humano necesita validarse, necesita sentir una cuota de éxito, pero en su medida, bajo sus propios parámetros, pues no necesariamente serán los de otros, en el ámbito laboral, ser exitoso para uno puede ser llegar a una gerencia en una gran empresa transnacional y para otro puede ser sentirse en paz con un trabajo relativamente estable.
La contención en momentos de crisis: siempre hay probabilidad de que algo ocurra que afecte a uno de nuestros trabajadores, la muerte de un familiar cercano, una crisis de pareja, diferencias “irreconciliables” entre compañeros de trabajo, problemas de salud, económicos. etc. y hay que aprender a entender que eso es parte de la vida y que hay que apoyar al otro en ese momento, pues por muy hábil y eficiente que pueda ser, hay crisis que no pasan con la rapidez que uno quisiera. Ser empáticos, acoger y comprender son habilidades que en este ámbito hay que aprender a trabajar. Es relevante incorporar este tipo de aprendizajes a nuestra mochila de conocimientos.
La expresión concreta de los afectos: una muy básica es saludar en las mañanas al llegar a la oficina, pero a muchos se les olvida, porque parece tan obvia que por lo mismo desaparece en el tiempo. Un feliz cumpleaños, feliz fin de semana, cariños en tu casa, me alegro que estés bien, felicidades por el premio que recibiste, un sin fin de congratulaciones que son necesarias, palabras agradables, abrazos, palmadas en la espalda, apretones de mano a veces se extrañan y nuestra vida moderna, entre correos electrónicos nos alejan cada vez más de ese contacto físico que transmite la tibieza en una relación. Las personas necesitamos cierto grado de atención y reconocimiento, que sea evidente y concreto, porque aún llevamos dentro a un niño deseoso de ser acariciado, con palabras y/o con hechos.
El respeto por la diversidad: no podemos esperar que los demás piensen igual que yo, que coincidan con nuestras ideas y valores, porque sus experiencias son distintas, sus influencias han sido diferentes a las nuestras, nuestro organismo, físico, mental, emocional y espiritual son maravillosamente diversos. Podemos convivir sin estar de acuerdo, respetando nuestra libertad hasta el límite de la libertad del otro.
No es extraño encontrar en diagnósticos de capacitación, que las temáticas de más frecuente requerimiento son: trabajo en equipo, liderazgo, habilidades sociales, etc. esto responde a que nuestras mayores debilidades en las organizaciones las estamos encontrando en el desarrollo de las habilidades blandas, es más normal encontrar personas con temor a hablar frente a otros y expresar sus propias ideas, públicos silenciosos y pasivos, en una sala de clases, en exposiciones u otros eventos donde sería bueno una participación más activa.
Al implementar proyectos que impliquen cambios es lógico encontrar una resistencia natural al cambio, pero esto se hace más complejo cuando a ello se suma falta de aceptación a la crítica y la realización de una autocrítica constructiva, hacer algo que conlleve a cambiar las tradicionales formas de hacer las cosas, ¿por qué nos cuesta tanto? Tengo una hipótesis que aún no compruebo, sobre el impacto negativo de la autoestima de las personas en las organizaciones. Me he encontrado en varias ocasiones con personas que tienen una gran carencia en el desarrollo de su autoestima, no creen en sí mismos y por ende en su capacidad de reinventarse, de mejorar y crecer con estos nuevos conocimientos, tienen temor a quedar obsoletos y a enfrentar desafíos, riesgos y a comprobar que sí son capaces de hacer las cosas de una manera distinta en pro de nuestro propio beneficio.
Nos guste o no, la vida es dinámica, hay un aprendizaje continuo y debemos desarrollar la sabiduría de aprender a quedarse con lo que sirve, lo que no sirve hay que aprender a desecharlo, porque no es útil para nuestro desarrollo personal, ni para el desarrollo de nuestro capital humano ” que se adquiere por medio de la educación formal y la formación de carácter informal, así como por medio de la experiencia en el trabajo” (Stanley Fischer 1994:322) y que es el capital humano puesto a prueba en nuestras organizaciones.
Pero no debemos equivocarnos en nuestra selección de desechar cosas, porque también nos equivocamos y siento que hemos perdido gran parte de nuestra sensibilidad, aquella que se aplica a la forma de relacionarnos, agregar algo de romanticismo, de humanidad en la forma de comunicarnos, a veces siento que hemos perdido el amor a vivir nuestra vida, aquella que nosotros hemos construido para vivir hoy.
Siento que hemos desarrollado una gran visión y objetivos individuales y hemos perdido la visión colectiva, la visión del equipo, del caminar juntos hacia objetivos comunes, hemos perdido un poco el norte común de crecimiento, ese ganar ganar que se requiere para sentir un verdadero avance.
Siento que hemos privilegiado en ocasiones un inútil egoísmo conceptual y en ocasiones he visto postergada aquella entrega desinteresada de conocimientos entre compañeros de trabajo, por múltiples razones. ¿Por temor a entregar información y tal vez dejar de ser competitivo?¿ Temor a que los demás avancen más que yo?
Pero tengo esperanzas, porque creo en la autogeneración del ser humano, creo que aquello que ponen pasión en lo que hacen, que le encuentran sentido y hacen suyos los objetivos de la organización, que tienen consciencia de su capacidad de elegir el camino a seguir y son capaces de asumir la responsabilidad y las consecuencias de sus decisiones, que creen en sí mismos y se ponen a prueba, con el riesgo de caerse, porque eso también es parte de nuestra necesidad de aprendizaje, tendrán más probabilidad de ser trabajadores realmente realizados y felices, más creativos y prósperos, más satisfechos consigo mismos y con su desempeño.
Las empresas necesitan más de este tipo de personas, capaces de cuestionarse, de reciclarse y aportar al real crecimiento de la organización, creando valor a través de su trabajo.
Si nos preguntamos ¿por qué son importantes las personas en el éxito de los proyectos y de las empresas? podríamos decir que el ser humano en su complejidad y virtuosidad inevitablemente interactúa en forma dinámica con el medio, con su micro y macro entorno, por lo tanto, esta interacción necesariamente generará un efecto en la organización. El ser humano está inserto en dos mundos, el personal y el laboral, y además está expuesto a las múltiples influencias en su vida día a día, gracias a la gran variedad de desafíos a los que se enfrenta. Sus cambios impactan positiva o negativamente en beneficio o perjuicio de la organización a la que pertenece, no es posible evadir esta influencia permanente y recíproca. Por eso, considero que por una parte es tarea de las personas tener un desarrollo personal que les permita ser competitivos y estar más contentos con sus trabajos, pero por otra es tarea de las organizaciones fomentar ambientes de trabajo gratos, que inviten al trabajador a invertir honestamente su recurso: físico, emocional, espiritual, mental y/o intelectual, en una organización de la cual se sienten orgullosos de pertenecer.
No son tareas fáciles, pero hay que animarse a iniciar el camino, pues el camino es el proceso que más vale la pena experimentar.
Que tengan un lindo día.
“Si tu intención en la vida es dejar una huella positiva en la vida de otros, parte mirando el espejo y aprende a vivir feliz.” Aleia
EL MERCURIO DE VALPARAÍSO - NOVIEMBRE 2005.
18 de junio de 2007 14:35
Karina, su trayectoria profesional
Karina A. Fredes Muñoz, es Ingeniero Comercial de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, desde 1988 se inició su inclinación laboral con énfasis en las personas, realizando diversas ayudantías y posteriores cátedras en Instituciones de Educación Superior de la V Región, desde 1996 se desempeña en el área de Recursos Humanos y participa activamente de grupos de trabajo asociados al tema.
En este blog presentaré algunas publicaciones relacionadas con Recursos Humanos.
18 de junio de 2007 14:32
En este blog presentaré algunas publicaciones relacionadas con Recursos Humanos.
18 de junio de 2007 14:32
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