sábado, 22 de enero de 2011

¿¡Bienvenida depresión!?


Una amiga me dijo que ahora tenía una nueva amiga, la depresión. Y es que ella le había enseñado algo importante, que debe mirarse y parar para poder seguir por buen camino hacia delante.
A veces uno está tan inserto en su mundo de pensamientos y acciones del día a día que no se deja tiempo para parar un rato y preguntarse, para dónde estoy yendo? Quiero ir para allá?
El “sentirnos mal” a causa de una depresión, es una voz de alerta de nuestro YO interno que nos habla y a veces nos grita... ¡oye para!... ¡no quiero esto!
La depresión en muchos casos nos ayuda, a mejorar nuestra verdadera enfermedad... NUESTRA INFELICIDAD.
¡Entonces! Tendremos que decir ¡Bienvenida depresión! Cuando a veces nos sintamos mal y tengamos que darnos el tiempo de descubrir lo verdaderamente importante y significativo en nuestra vida, nuestro verdadero sentido y misión, valorando el proceso y los aprendizajes que conlleva vivir un momento non grato, sufriendo un rato con esta invitada en nuestra vida, que recibimos con desagrado, pero que al marcharse, nos deja llenos de gratitud por ella, porque gracias a su presencia, nos hemos vuelto más conscientes y nos tratamos con más cariño que antes.