viernes, 2 de noviembre de 2007

La confianza en las personas

Uno de los pilares fundamentales para construir relaciones y permitir que ellas crezcan y se enriquezcan es la confianza en las personas. En las relaciones dentro de la empresa, es un tema muy sensible y que requiere de trabajo, ya que la confianza es algo que normalmente se construye con el tiempo, no es algo muy espontáneo. La confianza en las personas nace, se fortalece, pero también puede perderse.
La confianza es algo muy frágil que sin lugar a dudas afecta muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana.
Según el poeta y pensador Ralph Waldo Emerson: "La confianza en sí misma es el primer secreto del éxito."
Por una parte, si no confiamos en nosotros mismos, en nuestras capacidades, nos auto limitamos en nuestro avance personal y profesional. Por otra parte, si no confiamos en los demás, no podremos caminar tranquilos, ya que el no controlar las diversas situaciones que puedan ocurrir en el futuro nos produciría desequilibrios internos.
Necesariamente debemos confiar en las acciones de los otros, en mayor o menor medida.
En el ámbito laboral, es fundamental la confianza que se tenga en los equipos de trabajo, ya que, existe gran cantidad de funciones que son delegadas a otros. De ellos se espera que lo hagan bien, ya que muchos de los resultados de sus trabajos se relacionan con los de otros. Es así como errores en la confección de una fuente de información pueden provocar grandes impactos y malas decisiones.
Confianza en latín se dice "fiducia", tiene que ver con la "Fe", la esperanza firme que se tiene de alguien o algo. Debemos esperar con Fe que las personas dentro de nuestras organizaciones, sean trabajadores capaces de tener un desempeño óptimo, que nos permita afirmar, al ver los resultados, que hemos de tener confianza en nuestra gente.
La confianza debe cultivarse y también debe ganarse, siendo consecuentes con nuestros valores y nuestros actos.


Publicado en el Mercurio de Valparaíso el 12 de abril del 2008.

Perspectiva multidimensional

La capacidad del ser humano de reinventarse, de descubrirse y sorprenderse de su potencial, es la que mejora con el tiempo, en la medida que podemos ampliar nuestro horizonte de pensamiento y abrir nuestra mente, estando dispuestos a cambiar nuestros paradigmas, dejarnos encantar por nuevas ideas y experiencias, que nos van enriqueciendo y van permitiendo que el ser humano que llevamos dentro se revele y se exprese con plenitud y libertad.
Abrirnos a una perspectiva multidimensional de la vida nos permite desarrollar ideas más creativas, estar abierto a explorar en formas desconocidas de expresión, acción y sensación. Nos permite descubrir en nosotros y en los demás virtudes y habilidades que no sabíamos que existían. Es que parece que con el tiempo, nos permitimos darnos con mayor tranquilidad la oportunidad de equivocarnos, o más bien, darnos cuenta que los errores son parte de la vida y los enfrentamos con mayor sabiduría, como una instancia de crecimiento personal.
La vida no se reduce sólo a un plano físico, el ser humano se desplaza en varias dimensiones del ser, nuestros pensamientos, emociones, vibraciones, sabiduría, nuestra conexión con el planeta y con la vida en comunidad. En la medida que seamos concientes de estas dimensiones y de nuestros actos podremos lograr una mayor armonía con el espíritu y una grata sensación de bienestar.
1.- El plano físico nos permite percibir la realidad que nos rodea, a través de nuestros cinco sentidos, los colores, las formas, los aromas, etc. Es la concepción de la realidad creada por nuestra mente con la suma de conocimientos y experiencias que hemos ido acumulando en el transcurso de nuestra vida. Es este plano físico el que percibimos con más facilidad y el que nos permite visualizar la comprobación de lo que se está viviendo. Puedo tocar, ver, mirar, oler, saborear y eso es real.
Sin embargo, hay otras dimensiones del ser que resultan más intangibles y lejanas para muchos, pero no menos reales al momento de ver las consecuencias en lo físico. Como les mencioné en un párrafo anterior, me refiero a los pensamientos, las emociones, las vibraciones, la sabiduría, a nuestra conexión con el planeta y con la vida en comunidad.
2.- Los pensamientos gobiernan la mente, que nos ordena las acciones que vamos tomando para movernos en el plano físico. Al mirar a nuestro alrededor, la mente nos muestra la forma de las cosas, por ejemplo, al imaginar una casa. Pero también nos hace interpretar lo que vemos de acuerdo a las relaciones que hacemos, considerando la gran cantidad de datos que se almacenan en nuestra cabeza durante todos los años de nuestra vida, por ejemplo, al interpretar un gesto o una mirada.
3.- Las emociones que sentimos nos permiten identificar las situaciones de agrado o desagrado que nos afectan, es así como físicamente podemos percibir en nuestro cuerpo las consecuencias de emociones que nos causan dolores de estómago, llanto, risas, frío, calor, etc., que además nos conectan con los elementos de la naturaleza, percibiendo en nuestro cuerpo el fuego, el aire, el agua y la tierra. Estas emociones que sentimos se interrelacionan con los pensamientos para dar paso a nuestras acciones, como una respuesta a lo que sentimos y pensamos sobre eso, de acuerdo a lo que imaginamos o interpretamos.
4.- Cuando nos sentimos molestos o contentos, hay una irradiación de nuestro cuerpo que representa las vibraciones que estamos generando con ese sentir y que sin duda impactan a quienes están alrededor nuestro, es así como en el plano físico se genera un ambiente tenso y caótico o un ambiente grato y armonioso.
5.- La sabiduría, que es el conocimiento más la experiencia que vamos adquiriendo en la vida, nos relaciona con el mundo de una determinada manera, que se traduce en el plano físico en la forma en que actuamos o la forma como nos comunicamos con los demás. Por ejemplo, esto lo podemos apreciar en la forma de relacionarnos con nuestra familia, en la medida que podamos formar hogares más cálidos, donde los hijos desean estar, estaremos aplicando en la práctica nuestra sabiduría en las relaciones con los demás. En el contexto empresarial, podríamos decir que en la medida que exista un clima organizacional armónico, se estará aplicando la sabiduría organizacional con sus trabajadores.
6.- En cuanto a nuestra conexión con el planeta, puedo decir que como seres humanos, habitantes del planeta Tierra, no podemos estar ajenos a nuestra relación con este mundo, de nuestro impacto en él con nuestras acciones y omisiones, pues es el planeta en el plano físico el que se daña o mejora, pero que sin duda, las consecuencias de nuestros actos, a la larga terminarán impactando en nuestra calidad de vida. Es así como encontramos a varias empresas trabajando su Responsabilidad Social y Empresarial, buscando el menor impacto negativo de su gestión hacia el medio ambiente.
7.- Cuando me refiero a nuestra conexión con la vida en comunidad, quiero sembrar la conciencia de la relación que existe entre todos los seres que existen, ya que en la medida que nosotros actuemos irresponsablemente, mirando sólo nuestro ombligo, sin pensar en lo que puedo impactar en otros, no nos daremos cuenta que esa irresponsabilidad es principalmente con uno mismo. Si hablo mal de otros cómo puedo esperar recibir palabras gratas hacia mí, si destruyo la naturaleza, cómo puedo esperar que la tierra me dé frutos para comer, si contamino el aire, cómo puedo esperar tener oxígeno limpio para poder respirar.
El rol, misión o como quieran llamarle, que cada uno tiene al nacer, es único y fundamental, está en función del mejoramiento de nuestras vidas, dar a luz, es traer luz al mundo, es nacer para aportar, para crecer.
Tomar conciencia de cómo podemos impactar negativa o positivamente con nuestra chispita de luz es una tarea interesante de explorar, un desafío para los días que vienen, que pueden ser más luminosos si comenzamos a mirar la vida, no desde una perspectiva sólo individualista, sino desde una perspectiva más multidimensional, más relacional, donde no soy sólo el centro del mundo, sino más bien soy parte del mundo.