Mirar la vida en perspectiva es un excelente ejercicio mental para poder darle mayor claridad a posibles problemáticas que nos puedan invadir.
Haz el ejercicio de pensar que vas a llegar a una edad avanzada, unos 90 años, por ejemplo, una edad donde tienes mayor certeza de que queda poco camino por recorrer y mira hacia atrás, mira hacia los años en que te acompañaba más la salud física, mental y los recursos personales que da la juventud, como hombre sabio que serás en ese futuro, querrás hacer un balance positivo de lo que ha sido tu recorrido y podrás emitir tu propio juicio, respecto a cuán eficiente haz sido en el uso de tus recursos personales, cuánto haz cuidado de tu salud y cuán satisfecho te encuentras de la vida que haz vivido.
Hoy, que aún nos quedan varios años para llegar a los 90, estamos en un momento en que podemos hacer algunas cosas que nos hagan sentir esa sensación gratificante, de haber cumplido con la misión que dio origen a nuestra existencia, lograr la plenitud y sentir felicidad.
Entonces, al momento de detenernos y mirar hacia delante, hacia qué camino queremos seguir, podríamos primero hacer una lista con cosas que queremos hacer en nuestras vidas, priorizarlas y tomar algunas decisiones con la ayuda de algunas reflexiones y consideraciones para hacer más posible su realización.
¿Para qué quiero hacerlo? ¿Cuál es mi motivación?
Hacerlo, ¿contribuye positivamente a mi desarrollo personal o al de otros?
¿Cuál es el grado de satisfacción que me proporciona hacerlo?
¿Dispongo de los recursos para poder hacerlo ( recursos de todo tipo, económicos, físicos, personales, etc.)?
¿Cuál es el plazo en el que quiero conseguirlo?
¿Cuál es el impacto de hacerlo, en mí y en otros?
Tener claro qué queremos en nuestras vidas y por qué queremos hacerlo, nos permite tener una guía para poder ir avanzando en esa dirección y ser consistentes en nuestras conductas, ya que ello nos permitirá sentir que vamos avanzando y disfrutando de nuestros logros que nosotros mismos definimos, por los cuales hemos trabajado y puesto para ello el corazón, la mente y la fuerza de nuestro espíritu.